lunes, 27 de julio de 2009

La Nueva Era

  • 50

Diocles escribió el primer libro conocido de anatomía.
Se conocen pocos datos de su vida, aparte de que vivió en Atenas, donde escribió el primer tratado médico en Ático (no en Jónico, como era costumbre en las obras médicas griegas). Su obra más importante trataba sobre medicina práctica, especialmente en relación con la dietética y la nutrición anticipada por Hipócrates, pero también escribió el primer libro de texto sistemático sobre anatomía animal. Perteneció a la Escuela Dogmática y escribió varios ensayos médicos de los que sólo se conservan el título y algunos fragmentos recopilados por Galeno, Oribasio de Pérgamo, y otros médicos de los períodos romano y bizantino. El fragmento más largo es una carta al rey Antígono titulada "Una carta sobre cómo preservar la salud”, que incluye Pablo de Egina al final del primer libro de su enciclopedia médica, y que, de ser auténtica, habría sido dirigida a Antígono II Gónatas, rey de Macedonia, muerto en 239 a. C., a la edad de ochenta años, tras un reinado de cuarenta y cuatro años. El contenido de la carta es similar al de otras epístolas atribuidas a Hipócrates, y versa sobre la dieta recomendada para las diferentes estaciones del año. Algún autor ha atribuído a Diocles ser el primero en explicar las diferencias entre las venas y las arterias.

  • 55

Dioscórides describe 600 plantas de uso medicinal.
Escribió una obra en cinco volúmenes, titulada De Materia Medica, precursora de la moderna farmacopea. El texto describe unas 600 plantas medicinales, incluyendo la mandrágora, unos 90 minerales y alrededor de 30 sustancias de origen animal. A diferencia de otras obras clásicas, este libro tuvo una enorme difusión en la Edad Media tanto en su original griego como en otras lenguas, tales como el latín y el árabe. El más antiguo códice que se conserva de la obra data de comienzos del siglo VI, y fue copiado para uso de la patricia romana Anicia Juliana, hija del emperador Anicio Olibrio. Este manuscrito tiene un total de 491 folios, y casi 400 ilustraciones a página completa. En 1569 fue adquirido por el emperador Maximiliano I, y se conserva en la Biblioteca Nacional de Austria (Österreichische Nationalbibliothek). Es conocido como Codex Vindobonensis. (Vindobona es el nombre latino de Viena) o, simplemente, como el "Dioscórides de Viena". La obra fue traducida por primera vez al árabe en el siglo IX, en el Bagdad abasí. En el siglo siguiente, el emperador bizantino Constantino Porfirogéneta envió el libro como presente al califa cordobés Abderramán III un ejemplar en griego, que fue traducido al árabe por un monje llamado Nicolás, con la ayuda del judío Hasdai ibn Shaprut. Se imprimió por primera vez, en latín, en 1478, en Colle (Toscana) por Pedro Paduano. Fue traducido al español por Andrés Laguna

  • 100

Primer insecticida natural obtenido a partir de la flor de crisantemo (pulverizado), en China.
El cultivo de los crisantemos en China como plantas florales se remonta a antes del 1500 a. C. Una antigua ciudad china fue llamada Ju-Xian: "ciudad del crisantemo". Estas flores fueron introducidas en Japón probablemente en el siglo
VIII y el emperador de Japón la adoptó como la flor del sello imperial. Hay un "Festival de la Felicidad" en Japón que homenajea esta flor. La flor fue llevada a Europa en el siglo XVII. Es económicamente importante como fuente natural de insecticida. Las flores secas se pulverizan y los compuestos activos (piretrinas), contenidos en las cáscaras de las semillas, se extraen y se venden en forma de oleoresina. Ésta se asperja como una suspensión en agua o aceite, o como polvo. Las piretrinas atacan el sistema nervioso de todos los insectos, e inhiben a las hembras de mosquitos de picar. Cuando no están presentes en cantidades fatales para los insectos siguen funcionando como repelentes contra ellos. Son dañinos para los peces, pero mucho menos tóxicos para los mamíferos y aves que muchos otros insecticidas sintéticos y no son persistentes, siendo biodegradables y descomponiéndose fácilmente expuestos a la radiación solar. Son considerados entre los insecticidas de uso más seguro en cercanía de alimentos. Los piretroides son biocidas sintéticos basados en el piretro natural, permetrina.

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